Reproducción del interesante artículo escrito por Federico Sarnovich en su blog 'Un juego maravilloso'.
Han sido miles las charlas en las que he participado cuyo tema central era "la filosofía del rugby". En casi todas esas veladas han sido tres los conceptos siempre recurrentes: el rugby es el deporte del juego limpio, del respeto y de la corrección. Dentro del rango de practicantes, ya sea técnicos, jugadores o espectadores, hay quien eleva estos preceptos a niveles quasi místicos y quien se acerca al juego de una manera algo pagana, aunque respetuosa en su esencia. Me inquieta, no obstante, que últimamente -sobretodo en el ambiente del rugby mediterráneo- no hago más que coincidir con una figura muy nociva, sabedora de todos los secretos de nuestro juego y presta a llenarse la boca e hinchar el pecho a la hora de declararse "rugbier", aunque luego sean los primeros que desean ganar siempre o violar reglamentos -escritos y no escritos- para jugar con ventaja. Son estos personajes, antes testimoniales y ahora abundantes, quienes alejan al juego de sus mejores virtudes.
Vestir una camiseta, agarrar un balón y correr con él respetando las reglas deportivas del juego nos convierte en jugadores de rugby. Pero para convertirnos en "hombres de rugby" hay que ejercer la filosofía del deporte; aplicar los tres pilares esenciales antes mencionados y ser conscientes de que el rugby forma parte de un marco mucho más amplio que el delimitado por los 80 minutos reglamentarios de juego. Según René Crabos, el rugby constaba de tres tiempos: el de la preparación al partido, el del partido en sí, y el posterior, el tradicional y diferencial "tercer tiempo", tan identificado con nuestro deporte, tan envidiado por otros deportistas que marchan a casa sin tener la oportunidad de conocer a la persona que cohabita con ese rival deportivo al que acaban de enfrentar.
Es una lástima ver como los terceros tiempos han pasado de ser una fiesta y un punto de encuentro entre jugadores, técnicos y aficionados a convertirse, en la mayoría de los casos, en una obligación satisfecha a base de llenar cuatro cuencos de patatas fritas y de procurar encontrar excusas para marcharse pronto a casa. Dice Sebastián Perasso en su blog que el tercer tiempo "representa un acontecimiento distintivo y único en el que todos debemos asumir el compromiso de mantener y preservar. Defender esa tradición tan añeja y noble implica, por sobre todo, colaborar en la conservación y mantenimiento de la filosofía del juego y sus bondades."
Estas últimas semanas han sido varios los "incidentes" relacionados con este asunto. El CAU directamente no nos ofreció recepción alguna, el Tecnidex no se presentó al nuestro alegando sinrazones ("el bar queda lejos del campo") y en el mejor de los casos se solventa la faena desparramando patatillas sobre cualquier superficie plana, mientras se comenta –en alto- a otros miembros del propio club las bondades del asado que todos acudirán a comer cuando se acabe –esperando que sea rápido- el marrón de tener que reencontrarnos con el rival y con el árbitro.
Crabos menciona que "el tercer tiempo es el del agradecimiento mutuo por haberse ayudado a disfrutar del juego, es el tiempo del reconocimiento de alguna falta cometida y el momento de limar cualquier aspereza, el tiempo de las celebraciones, los tragos y los cánticos. Es el tiempo en el que conocemos a la persona que encierra al jugador con el que acabamos de competir duramente. Es el momento de forjar lazos de amistad que duran para siempre".
No organizar, acudir, o disfrutar de un tercer tiempo es no entender el rugby, por muy bueno que hayamos demostrado ser dentro del campo. Es más, no disfrutar de un tercer tiempo lleno de comida, bebida, charlas y cantos es perderse una gran parte de la aventura de practicar este juego maravilloso.
Vestir una camiseta, agarrar un balón y correr con él respetando las reglas deportivas del juego nos convierte en jugadores de rugby. Pero para convertirnos en "hombres de rugby" hay que ejercer la filosofía del deporte; aplicar los tres pilares esenciales antes mencionados y ser conscientes de que el rugby forma parte de un marco mucho más amplio que el delimitado por los 80 minutos reglamentarios de juego. Según René Crabos, el rugby constaba de tres tiempos: el de la preparación al partido, el del partido en sí, y el posterior, el tradicional y diferencial "tercer tiempo", tan identificado con nuestro deporte, tan envidiado por otros deportistas que marchan a casa sin tener la oportunidad de conocer a la persona que cohabita con ese rival deportivo al que acaban de enfrentar.
Es una lástima ver como los terceros tiempos han pasado de ser una fiesta y un punto de encuentro entre jugadores, técnicos y aficionados a convertirse, en la mayoría de los casos, en una obligación satisfecha a base de llenar cuatro cuencos de patatas fritas y de procurar encontrar excusas para marcharse pronto a casa. Dice Sebastián Perasso en su blog que el tercer tiempo "representa un acontecimiento distintivo y único en el que todos debemos asumir el compromiso de mantener y preservar. Defender esa tradición tan añeja y noble implica, por sobre todo, colaborar en la conservación y mantenimiento de la filosofía del juego y sus bondades."
Estas últimas semanas han sido varios los "incidentes" relacionados con este asunto. El CAU directamente no nos ofreció recepción alguna, el Tecnidex no se presentó al nuestro alegando sinrazones ("el bar queda lejos del campo") y en el mejor de los casos se solventa la faena desparramando patatillas sobre cualquier superficie plana, mientras se comenta –en alto- a otros miembros del propio club las bondades del asado que todos acudirán a comer cuando se acabe –esperando que sea rápido- el marrón de tener que reencontrarnos con el rival y con el árbitro.
Crabos menciona que "el tercer tiempo es el del agradecimiento mutuo por haberse ayudado a disfrutar del juego, es el tiempo del reconocimiento de alguna falta cometida y el momento de limar cualquier aspereza, el tiempo de las celebraciones, los tragos y los cánticos. Es el tiempo en el que conocemos a la persona que encierra al jugador con el que acabamos de competir duramente. Es el momento de forjar lazos de amistad que duran para siempre".
No organizar, acudir, o disfrutar de un tercer tiempo es no entender el rugby, por muy bueno que hayamos demostrado ser dentro del campo. Es más, no disfrutar de un tercer tiempo lleno de comida, bebida, charlas y cantos es perderse una gran parte de la aventura de practicar este juego maravilloso.
Pues sí, toda la razón tienes!! y más teniendo en cuenta que hoy mismo, en un partido disputado de liga universitaria, el equipo local, aludiendo problemas técnicos y de organización,(que NO pongo en duda) ha suprimido el tercer tiempo!! Nos resulta muy difícil, algunos más que a otros, mantener este deporte vivo en las universidades!! y este tipo de cosas no nos ayuda nada a mantener, divulgar y disfrutar del espíritu del rugby!! De propia mano se que las propias universidades, se niegan a pagar el Tercer tiempo, quizá porque no lo entiendan!! Pero nosotros sí, y se debería hacer un esfuerzo de todos los jugadores, por mantenerlos!!
ResponderEliminarFdo.
El CAPITAN DE LA UCH-CEU
Es curioso y triste decir que me encuentro en la misma situación que el que escribía el comentario anterior.
ResponderEliminarHaberme criado en un equipo que me ha enseñado los valores del rugby entre ellos el tercer tiempo me hacer ver en este tipo de actos una vulgaridad.
No soy quien para decir nada pero es una sana y buena costumbre el poder como bien dice Jose conocer a la persona que te ha dado ese golpe que te dejara marca durante una o dos semanas.
Depende de Todos y personalmente mientras sea capitán de la UMH siempre habrá tercer tiempo para disfrutar con los rivales/amigos que lo deseen
No he podido resistir el comentar este MAGNIFICO artículo. Ya era hora de que alguien comentase la penosa situación de los terceros tiempos en la Comunidad Valenciana.
ResponderEliminarSantiago P.
Gran artículo para entender más la filosofía del rugby. Si se pierde la esencia del tercer tiempo se estará dilapidando gran parte de ella diferenciada de otros deportes. Gracias a quien lo ha reflejado en las palabras escritas.
ResponderEliminarPuesto que ha comentado gente de estos clubes,yo que he jugado contra vosotros, voy a deciros.
ResponderEliminarUA (universitario,ya que por suerte no he jugado contra vosotros en federado) Que te parece vuestro tercer tiempo? en la cantina de la universidad,con ticket para cada jugador,y sin ver a un jugador del equipo anfitrion por ningun lado, eso si es un tercer tiempo de verdad!!!! GRACIAS
CEU: El vuestro tambien esta bien,con papas,y y "fantas" de Supernaranja y cola,muy original.
UPV universitario,nos mandais al trinquet,cuando pocos de vosotros vais,y en el federado,una bolsa de papas,una cerveza,y gracias. Antes de quejaros tanto de los terceros tiempos,o de los posteriores asados, aplicaos el ejemplo,e igual os copiamos. Algo bueno tendreis.
En el universitario es otro rollo, porque se juega entresemana, hay prisa y las universidades no se hacen cargo, pero en el federado cada vez mas se esta perdiendo, haciendolo como una obligacion. Lo digo como jugador de un equipo que se queda solo en casi todos los terceros tiempos (locales y visitantes)
ResponderEliminarentiendase que se queda solo mi equipo, no yo :)
ResponderEliminarEn cada uno de los que participamos en los partidos federados (o no), está el cambiar esta tónica de los terceros tiempos. Primero un poco de interés del colectivo, y si no hay pasta en el club, se hace como toda la vida, colecta entre todos los jugadores y a atender de una forma medianamente decente al equipo visitante. No hay mas. Querer es poder...
ResponderEliminarYo había seguido siempre el rugby y sabía lo que significaba el tercer tiempo, pero cuando acabo el primer partido que jugué, como es lógico se celebro el tercer tiempo.
ResponderEliminarFue mi "bautizo" y estaban tanto los de mi equipo ocmo los del otro, despues unas cervezas unas papas, y porque no se pudo casi una paella, hicieron que todos pasaramos un buen rato comentando el partido y disfrutando de una de las mejores cosas del rugby.
Creo que cuando os referis a la Universidad UCH CEU os equivocais nuestro tercer tiempo se hace en el Bar de el Polideportivo con fanta y Cocacola y Cerveza (toda la que se quiera) de primera clase nada de Laranja... ( sin menos preciar a aquellos que si lo hacen por que cada uno hace lo que puede ) y macarrones o spaguetis para comer. TODO ESTO PAGADO POR LOS JUGADORES Y ENTRENADORES DEL EQUIPO ya que la Universidad hasta dia de hoy no se ha pagado nada referente a terceros tiempos. ME PARECE QUE TODO EL QUE CRITIQUE ESTO ES POR QUE NO HA VENIDO A NUESTROS TERCEROS TIEMPOS Y NO HA ENTENDIDO NADA DE LO QUE EL RUGBY ES. Señores os dire que pertenezco al Equipo de rugby de la Universidad UCH CEU y estoy orgulloso de los que somos por nuestra valentia por nuestas ganas Y POR NUESTROS TERCEROS TIEMPOS!!!!
ResponderEliminarUCH CEU donde queda eso de una cerveza para cada uno y no se te ocurra pedir mas? asi fue el tercer tiempo del que disfrutamos en la pelusa, no es por faltar pero a los hechos me remito
ResponderEliminarno os recrimineis que tercer tiempo ha sido mejor o peor...
ResponderEliminarsimplemente hay que ser consecuente y empezar a hacer terceros tiempos buenos.
eso no implica una comida mejor o peor, si no las ganas que tiene cada uno de pasarselo bien con sus compañeros, contrincantes y árbitros.
y señores, que somos jugadores de rugby, con cuatro papas no comemos... no hay que ser tan rata...
En fin... un montón de entradas sobre rugby... y la única que produce varios comentarios es la del tercer tiempo.
ResponderEliminarAsí nos va...
y tu más...XD
ResponderEliminarPara el del gran comentario anónimo que se dedica a criticar los terceros tiempos de las demás universidades. Por lo que parece tienes que haber dejado de jugar hace tiempo a nivel universitario porque en nuestra universidad (UA) ya no nos dan tickets ni para nosotros y no nos dejan hacer los terceros tiempos en el campo. Tienen que ser en nuestro local y entendemos a las demás universidades que no vengan porque dependen del autobús que comparten con otros equipos. La UPV, por lo menos en los últimos años tampoco da tickets, seguramente por la misma razón que nosotros. La UCH por lo menos hace el tercer tiempo y nosotros no nos podemos quejar, nos dieron algo de beber y algo de comer SOBRA. Además, aunque no debiera ser así a nivel universitario lo del tercer tiempo nunca se ha llevado tan estrictamente. En la entrada del blog se hace referencia a los clubs. Pásate cuando quieras por uno de los nuestros y luego opinas.
ResponderEliminarRubén.
Señores creo que no se trata de criticarnos, si no de hacer de esto un inicio para que los terceros tiempos no se pierdan y no es ya meramente si hay mas o menos comida, sino si hay o no ganas de conversar, compartir y vivir este magnifico deporte. Yo desde que entre en esta vida del rugby me he sentido orgullosos del tercer tiempo donde compartes con los rivales momentos del partido o partidos vividos anecdotas o simplemente brindas con cerveza o lo que sea.
ResponderEliminarUn saludo a todos
Nacho
En División de Honor los terceros tiempos retroceden a la par que avanza la profesionalización del rugby. Quedarse al tercer tiempo no está en el convenio, parece ser. La crisis económica, llevará a la completa desaparición de las subvenciones obligará a los equipos a volver a ser clubes, en el mas amplio sentido de la palabra...
ResponderEliminarVamos a ver... parece que los terceros tiempos sean obligación o compromiso de alguien ajeno a nosotros (los jugadores), y es todo lo contrario... Yo quiero poder dar la mano y comentar el placaje o el maul con el tío con el que he estado batallando prácticamente dos horas... y esa es la explicación de por qué hay tanta hermandad en el rugby...
ResponderEliminarEvidentemente... a mayor importancia de división la competitividad va en aumento y la profesionalidad va dejando huella... los terceros tiempos están menos trabajados (o menos dirigidos a los propios jugadores).
En la liga Universitaria ocurre algo similar... las universidades prácticamente nos han dado de lado y no quieren subvencionar nada de nada (ni tan siquiera una mala cerveza y un sandwich o pincho) por lo que, con las mil cosas que tenemos siempre que hacer, no presta desplazarse hasta la cafetería universitaria...
Dónde mejor se viven los terceros tiempos es en las categorías regionales... eso si, lo nuestro nos cuesta que siempre toca a alguien pringar por la mañana comprando embutido o bebida... es lo que hay.
Ahora, con la creación de la "ciudad del rugby" los terceros tiempos se celebran allí mismo en una mesita... en verano lucirá más, porque ahora con el fresquito se empieza a echar de menos los locales de los equipos!!
De todos modos el objetivo tiene que ser el no perder esta tradición, que llega mucho más lejos que comer y beber... representa el honor de haber derrotado/sido abatido y compartir eso con tu rival